Vamos a ir directo al grano. ¿Qué hay después del Malbec? Más Malbec. ¿Más allá de la carne en los platos de restaurantes del vino, qué podemos hacer? Y.. carne.
Mirada simplicista la de este ignoto cronista. Pero lo concreto es que los que estamos dentro del mundo del vino a veces caemos en la tentación de mostrar todo lo particularmente bueno que se puede hacer por estas tierras. Y de eso no cabe dudas. Esta es una tierra de vinos. Pero antes que eso, es la tierra del Malbec.
Y en esa lógica ansiosa por informar y llamar la atención podemos empezar a desenfocar, a navegar por terrenos confusos, que transformen en algo diferente a los “drivers” que nos han posicionado en el mundo.
El Malbec, la carne, la Patagonia, Messi, el tango, el Papa Francisco, Maradona, Gardel y tantos más son marcas argentinas. Y lo cierto es que pocos países en el mundo tienen esa ventaja. Pensá y repasá y vas a notar que somos afortunados.
No morder la mano
En el momento que queremos mostrar algo más, y ese algo más sea un No Malbec o un No Carne, hay que ser cuidadoso. Y redundo: nadie pone en tela de juicio que lo otro no esté hecho con gran calidad: no se trata de eso.
Es que el turista, el visitante que llega a este lugar lejano del mundo, porque Argentina es lejos y el pasaje es caro, viene por el Malbec y viene por la carne, principalmente.
Ya en la Argentina las tarifas son convenientes, pero tomarse un avión hasta acá sigue costando igual, y no podemos ser tan reduccionistas, subestimar a los turistas y no darles lo que buscan.
Si, ya se que es aburrido para nosotros. Como lo es para los parisinos que les preguntan todo el día por la Torre Eiffel o el Arco del Triunfo. Apenas llegás a Paris, vas a la Torre y al Arco y después buscas tu camino. Entonces acá no nos engañemos, vienen por el Malbec y vienen por la carne.
No tomar conciencia
¿Sabias que hay muchos países productores en el mundo que ya hace tiempo están haciendo Malbec? ¿Y que lo hacen por el éxito de Argentina? ¿Y sabías que en ningún sitio tiene las características de aquí? Y nosotros estamos pensando qué más podemos hacer, más allá del Malbec.
De hecho los últimos premios importantes que han “gestionado” las bodegas (porque los premios se gestionan, en otro capítulo hablaremos de eso), con aquellos puntajes que sirven para posicionar al vino en mercados relevantes, han aparecido otros varietales o vinos que no son Malbec.
Muchas bodegas reconocidas del medio presentan menú vegetarianos o casi veganos para mostrar lo “alternativo” o “diferente” que podemos ser. Esto es distinto a tener propuestas especiales dentro del menú según las restricciones alimenticias de cada cliente, que está más vinculado al servicio.
Está muy bien que la propuesta central se complemente con otras cosas. Pero les aseguro que si sacamos el Malbec o retiramos la carne, es muy poco probable que vengan a visitarnos por el “relativo” auge del Cabernet Franc o por el menú deslactosado que presentó alguna famosa firma.
No seamos necios, aún hay mucho por desarrollar con el Malbec o con la producción de grandes carnes en la Argentina. Productos banderas que son irrepetibles en otro lugar del mundo. Todo lo demás es muy bonito, enriquecen el destino, pero no dejan de ser accesorios.