Es la primera vicegobernadora que tiene la provincia de Mendoza y una gran conocedora de la realidad del vino. Ingeniera agrónoma con mención honorífica, tiene una interesante visión de la industria vitivinícola.
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[dropcap size=big]S[/dropcap]iempre es muy atractivo poder entender la realidad en discusión con los distintos actores que la conforman y contribuyen al desarrollo de la actividad. Se vuelve mucho más llamativo cuando desde el sector público, prestigiosos profesionales hacen su aporte desde lo Estatal.
La vicegobernnadora de Mendoza, la ingeniera Laura Montero es uno de estos casos. Con una visión estratégica global de lo que representa la industria para la provincia y al frente del poder legislativo provincial, resulta una interesante mirada para enforcar la actividad en los próximos años.
-Usted fue una de las primeras que levantó la voz frente al impuesto que iba a sufrir el vino argentino, conoce muy bien la industria ¿Qué visión tiene hoy del sector?
-En principio levanté la voz, porque la cosa no esta muy bien. Venimos sufriendo los últimos diez años con la mentira inflacionaria, los costos, la apreciación cambiaría, dificultades para exportar, trabas al comercio y discresionalidades en esas trabas, que nos hacía muy difícil competir y mantener la presencia en los mercados, con jugadores muy fuertes. Entonces, justamente esta medida venía a darnos el golpe de gracia, por eso salí tan fuerte a replicar al ministro Duvojne, en principio porque la medida no fue consulta.
Sin embargo, mi visión es esperanzadora porque creo que hemos hecho muy bien los deberes en un proceso de reconversión importante y sobre todo en una alianza público-privada que nos ha llevado a tener un plan estratégico y una orientación clara a mediado y largo plazo. Eso es lo que nos permite, que cuando tenemos una adversidad podemos ponernos todos de pie para defender los intereses del conjunto. Ya que lo se afecta, es el bienestar de los mendocinos, porque es una industria que genera muchos eslabonamientos productivos desde la metalmecánica hasta el turismo y muchas familias viven de esta industria base.
“Vamos a poder sostener la demanda externa y vamos a seguir peleando para que los argentinos disfruten del buen vino”
Tengo optimismo porque creo que hemos dado un salto cualitativo importante. Llevamos dos años muy malos de producción, pero creo que este año posiblemente nos acompañe un poco más y ya habiendo frenado el proceso inflacionario, despejado el mercado cambiario y sin este obstáculo del impuesto interno, creo que vamos a poder sostener la demanda externa y vamos a seguir peleando para que los argentinos disfruten del buen vino argentino (que es una bebida muy saludable, risas). Creo que podemos tener socios estratégicos muy interesantes: lo que veíamos como una amenaza en Chile, está sobrevendido y tenemos la posibilidad de hacer eslabonamientos productivos vinculándonos a ellos; mercados que no tienen techo, como Estados Unidos; o el mercado brasilero que consume 2 litros per capita por año y que preve una expansión. Con todos los factores enumerados anteriormente, creo que tenemos una excelente proyección.
-El enoturismo ha crecido de manera exponencial en Mendoza, de manera genuina, con gran esfuerzo del sector privado ¿Cuál es la visión que tienen desde el Estado de la actividad?
-Es cierto que falta muchísimo por hacer, pero tiene un enorme potencial. Además, en una dinámica económica donde se van perdiendo los puestos laborales clásicos, la confluencia de tecnologías, la robótica genera un desplazamiento de la parte manufacturera. Y eso nos lleva a la innovación y a la economía de las emociones. Y justamente el turismo es el que puede darle a la vitivinicultura una buena parte de sus ingresos. Aquí en Mendoza, podemos llegar a tener un turismo receptivo tan fuerte por varias razones. Porque se combinan los atractivos turísticos del paisaje, por la Cordillera, y porque lo llenamos de mensajes en particular desde el mundo del vino.
Ahora con el vuelo a Panamá, con la internacionalización creciente, las posibilidades de acceso, no hay nada mejor que traer la gente a casa.
Tenemos que trabajar mucho. El Plan de Reordenamiento Territorial que acabamos de sancionar, una vez que los municipios se ordenen en torno a eso y hagan sus respectivos planes para el desarrollo del territorio, se sienten con los privados a trabajar, sobre todo estas actividades, Mendoza va a tener una dimensión de proyección muy importante.
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