La variedad Malbec fue notablemente famosa en la antigüedad en Europa pero desapareció por una gran plaga que acabó con más del 40 por ciento de los viñedos de Francia, a mediados del siglo XIX.
A la Argentina la cepa llegó con la inmigración. Hacia finales del siglo XX cuando se comenzaron a elaborar vinos para exportar, fue reconocida por su calidad enológica y su readaptación al suelo.
El libro Malbec mon amour, de la doctora Laura Catena, responsable del Catena Institute y cuarta generación de viticultores; y el ingeniero agrónomo Alejandro Vigil, gerente enológico de Catena Zapata y El Enemigo, describe el surgimiento y apogeo del Malbec al que llamaban “el vino negro”.
1- La variedad Malbec fue conocida con diversos nombres en Europa. El ampelógrafo francés Pierre Galet identificó más de mil términos usados para denominar el Malbec, según la zona de cultivo o el apellido de quien había introducido la cepa en cada región. La llamaron Cõt en el valle de Loria; Malbec o Malbeck Doux; Pressac en la zona de Libourne, en Bourdeos; Cõte Rouge en Entre-deux-Mers y Lot-et-Garonne, y Auxerrois o Cõt Noir en Cahors.
2- El origen del Malbec según estudios de ADN realizados en 2009 en Francia, determinaron que la uva Magdeleine Noire era la madre de esta cepa (de la región de Charentes a 140 km de Burdeos), y la uva Prunelard era su padre (de la zona de Gaillac, entre Burdeos y Cahors).
3- El cruzamiento de las cepas que dieron origen al Malbec posiblemente haya ocurrido a orillas del río Lot, en la región de Cahors, tal vez antes de la conquista de Francia por parte de las legiones romanas o bien durante la Edad Media.
4- Los primeros testimonios sobre esta cepa se ubican alrededor del año 150 d.C., en la ciudad de Cahors, conocida entonces como Divona, que era la capital romana de la provincia de Quercy, en la actual Francia.
5-El Malbec podría haber llegado a Cahors desde Italia, traído por las invasiones romanas o tal vez, ya se encontraba en Francia cuando los romanos llegaron a Galia.
6-En la Edad Media, la reina de Francia e Inglaterra, Eleonora de Aquitania (1122-1204), era propietaria del fértil Ducado de Aquitania, que cubría un tercio de la Francia actual. Desde Cahors hasta los Pirineos, se extendían sus plantaciones de Malbec. La reina prefería los vinos de su región antes que los vinos refinados de Loria y la Borgoña, que eran los preciados por la aristocracia parisina.
7- Elenora, a las 15, se casó con quien después sería Luis VII de Francia. “El vino negro”, como se empezó a llamar el Malbec, fluía por las cortes del amor, encuentros de música y poesía, donde se convirtió en el vino de la realeza.
8- Se estima que el apelativo de “vino negro” puede ser porque se creía que cosechando las uvas de noche, mejoraba la calidad del vino, o bien porque el Malbec teñía los dientes y la lengua debido a su intenso color.
9- Según la tradición oral, la uva Malbec se expandió desde Cahors, su terruño natal en el sur de Francia, hasta Burdeos, en el siglo XVIII, en manos de un viticultur húngaro llamado Malbek. En Burdeos los productores la usaban para dar mayor color a sus vinos claretes.
10- El prestigio de esta variedad siguió en alza. En el siglo XVI, Francisco I de Francia, plantó Mlabec alrededor del castillo de Fontainebleau y en la abadía de Vauluisant, al norte de Dijon. La uva pasó a ser conocida como la “planta del rey”. La influencia de Francisco I se extendió al mundo del arte, y en su época dio comienzo al Renacimiento francés. Este rey llevó a su corte en París nada menos que a Leonardo da Vinci, de quien adquirió La Gioconda, hoy la obra más famosa del Museo del Louvre.